Desde hace meses hemos visto como las redes sociales y blogs se llenaban de imágenes que incluían objetos de mármol o en su defecto, simulando su acabado. Seguro que todos vosotros tenéis en mente carcasas de móvil o de portátil, mesas imponentes e incluso pequeños diseños fabricados en este material tales como posavasos, tablas de cortar o incluso jarrones.
En primer lugar me gustaría confesaros que yo, en términos generales, soy muy escéptica en cuanto a modas decorativas se refiere. Me gusta darles tiempo, interiorizarlas poco a poco, que pasen los meses y descubra por mí misma qué tendencia o tendencias se han quedado en mi retina, sin cansarme. Después de haber analizado con tiempo, sé exactamente las que bajo mi punto de vista deberían llegar para quedarse.
1.- El mármol, combinado de forma obsoleta, o sin ir más lejos, eligiendo un tipo de veta fea o de poco acertada combinación de colores, puede llegar a ser un espanto. Yo huyo de los travertinos (hablando obviamente para usarlos en viviendas de tamaño normal, no de fachadas de edificios emblemáticos; que aún así también me cuesta). Aborrezco los tonos anaranjados y rojizos, los de excesiva pigmentación o estampado “puntillista”. No me ocurre igual con un buen mármol en negro absoluto, imponente. Pero sin duda, mi favorito y protagonista de todas las fotos de este post es un maravilloso mármol blanco modelo “carrara” o “estatuario”.
2.- Es un material de precio medio-alto debido a su naturaleza. Sin embargo es interesante comparar el metro lineal de cualquier encimera de material compacto tipo silestone o compac último modelo, con el de una buena pieza de mármol. Contra todo pronóstico, os llevaríais una sorpresa.
Luego ya entramos en el pulido y tratamiento de su superficie para así evitar al máximo la porosidad y prolongar su precioso brillo.
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